En el momento de tomar el sol es imprescindible tener en cuenta una serie de pautas y recomendaciones para que nuestra piel no resulte dañada por un exceso de exposición al sol. Está más que demostrado que un buen protector es imprescindible.
El horario de mayor incidencia de los rayos solares
Los expertos recomiendan de forma unánime que es preciso evitar el efecto de los rayos solares cuando el sol actúe de forma perpendicular sobre nosotros, cosa que ocurre entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde.
La mejor hora para tomar el sol es la que va del amanecer hasta las 10 horas y después a partir de las 17 horas. Las horas intermedias pueden ser peligrosas, en mayor o menor medida. La razón de este tipo de riesgos es que el nivel de radiaciones ultravioletas del sol (conocidas como UVA y UVB) es más agresivo durante estas horas.
Tomar el sol de forma progresiva
Si no hemos tomado el sol de forma habitual y nos proponemos hacerlo aprovechando la llegada de la temporada veraniega, playas, piscinas, etc… tenemos que empezar de forma progresiva.
Lo recomendable es incrementar cada día en diez minutos el tiempo de exposición al sol sobre el día anterior. El primer día no debería superar los quince minutos nuestra toma de sol. De esta forma, aproximadamente a los diez o doce días nuestra piel podrá resistir -con los productos protectores adecuados- el tiempo que consideremos de exposición al sol.
Aunque este tipo de recomendaciones son las generales, después habrá que analizar las peculiaridades de cada persona en función de su tipo de piel. Por ejemplo, mientras las personas rubias y pelirrojas tienen poca resistencia y tolerancia a las radiaciones solares, los castaños tienen una tolerancia normal y las personas con la piel más oscura van a tolerar una mayor incidencia solar.
El factor de protección, imprescindible
Los productos con un factor de protección adecuado no anulan la totalidad del efecto de los rayos solares sobre nuestra piel, en contra de lo que en ocasiones podemos creer. Lo que realmente nos aportan es un aumento en cuanto al tiempo que nuestra dermis tiene una óptima tolerancia para tomar el sol.
La aplicación de un buen factor de protección debe realizarse aproximadamente media hora antes de empezar la exposición a los rayos solares. Además, tenemos que considerar que su efecto no es muy duradero, entre otras cosas por el agua de los baños, nuestro propio sudor, etc… Por ello, lo ideal es que nos apliquemos el factor de protección con frecuencia.
¿Qué factor de protección solar elegir?
Hay diferentes factores que influyen en esta decisión. Uno de ellos es el tipo de piel, que tenga mayor o menor tolerancia al sol. También analizaremos si es la primera vez en el verano que nos exponemos al sol o llevamos ya algunos días haciéndolo.
El índice de los factores de protección tiene una relación directa con el tiempo de la exposición solar. De esta forma, si elegimos un factor de protección 20 cada 20 minutos de exposición al sol nuestra piel tendrá el efecto de tomar el sol directamente y sin protección un minuto. Si el filtro es de 50, cada 50 minutos de exposición obtendremos el efecto de un minuto de sol directo, etc…
El sol para los pequeños de la casa
Los bebés no deberían ir a la playa, ni a la piscina, ni tomar el sol de manera directa y menos con altas temperaturas. En realidad, es recomendable que hasta los 5 meses los recién nacidos no tomen el sol.
Pasados los 5 o 6 meses y hasta los tres años de edad, hay que extremar las precauciones si decidimos que los niños nos acompañen en un día de sol.
Una vez se han superado los tres años, el sol es un aporte de vitamina D muy importante para los pequeños, pero no tienen que exponerse directamente a un bronceado directo. La piel infantil es más vulnerable a los efectos del sol y a las posibles quemaduras. Además, aunque no lo creamos, la radiación solar se va acumulando y tiene un efecto cancerígeno que puede irse acumulando progresivamente.
Algunos consejos útiles para tomar el sol
- Como hemos visto, entre las 11 y las 16 horas se impone la sombra. El sol puede ser muy perjudicial.
- Es fundamental la utilización de un protector solar adecuado. Para su elección, lo ideal es que sea el dermatólogo quien recomiende a cada persona qué factor de protección es el ideal, en función de tu tipología de piel, edad, hábitos y trabajo al aire libre o en el interior, etc…
- La aplicación del factor de protección será entre 20 minutos y media hora antes de la exposición al sol, cada vez que salgamos del agua, y en todo caso cuando transcurran dos horas.
- La ropa debe ser adecuada para resistir los rayos solares. Es muy positivo un sombrero con ala ancha y unas gafas de sol de calidad.
- Tras la exposición solar, es conveniente darse un baño de agua potable y utilizar una crema hidratante y reparadora para la piel y un producto específico para el pelo. En SOIVRE os recomendamos nuestra línea a base de Panthenol: esta incluye crema reparadora corporal y facial, además del spray.
- Determinados medicamentos, como es el caso de los antiinflamatorios y los anticonceptivos, suelen incrementar la sensibilidad de nuestra piel ante el sol.