Cada día aumenta el número de mujeres con la piel sensible. En Soivre nuestra intuición nos indica que los estilos de vida cargados de estrés innecesario, la alimentación con productos procesados en exceso y la polución ambiental –es horrible la nube de smog que corona nuestras ciudades– son algunos de los desencadenantes de estos problemas en la piel.
Tú que ahora nos lees, ¿padeces de piel sensible? ¿Cuál es tu historia al respecto?
Si quieres tener un respiro y acabar con esas molestas irritaciones en la piel, entonces sigue leyendo, hoy hablamos sobre los cuidados para pieles sensibles o irritables :-)
Características y tipos de pieles sensibles
Lo primero es entender e identificar el origen de la irritación en nuestra piel. Hay problemas que son transitorios y otros crónicos que no solo precisan cuidados cosmetológicos y de belleza, sino que hace falta atacarlos con medicación.
¿Qué sensibilidades en la piel nos encontramos frecuentemente?
- Sensibilidad hereditaria: La padecen aquellas personas que nacen con la piel sensible. Tiende a irritárseles ante determinados alimentos que ingieren, o por el estrés, los cambios estacionarios… Estas personas generalmente padecen dermatitis atópica.
- Sensibilidad inducida: Es adquirida, o sea, no congénita. Se origina como reacción a diversos agentes externos (temperaturas, medicamentos, cambios hormonales…) No se manifiesta de forma estable en el tiempo.
- Sensibilidad idiopática: Son pieles que se irritan con facilidad, aunque no las podemos calificar como pieles sensibles.
La piel sensible es aquella que se enrojece fácilmente o se irrita por el uso de agentes externos y reacciones del organismo ante la ingesta de ciertos alimentos. Es una piel con tendencia a la sequedad y que no protege de forma compacta en su capa exterior.
Los agentes externos generan reacciones desproporcionadas en el sistema inmunológico el cual lanza ataques a los invasores y luego los signos de estas batallas tú los percibes como escozor, tirantez, rojeces e inflamación. En general las fibras nerviosas en estas pieles están siempre muy activadas y sin sosiego.
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Las pieles sensibles necesitan productos de alta calidad y específicos que calmen, hidraten y protejan la epidermis.
La limpieza de la piel sensible
Este es un tema controvertido. Para muchas pieles delicadas la limpieza implica una renuncia total al jabón. Solo agua y listo (y ni hablar de esponjas o guantes exfoliantes).
Si por tu trabajo o la zona donde te mueves sientes que necesitas ayuda para retirar la suciedad de la piel, entonces haz una limpieza gentil. Para ello busca productos que incluyan extracto de rosa mosqueta, avena o glicerina.
Y mucho cuidado con todos esos geles con aromaterapia que prometen un efecto relajante. La lavanda, el azahar, la manzanilla y el jazmín son aromas relajantes; sí, es cierto, pero el problema es que la mezcla de estos aceites esenciales con otras sustancias irritantes (formaldehidos, alcohol, colorantes y tintes) derrumban los beneficios deseados.
Lo mejor para pieles sensibles es buscar productos de limpieza que venden en farmacias y parafarmacias. Deben ser lo más nobles y suaves posibles, además de especificar en su etiquetado que están formulados para pieles sensibles o son hipoalergénicos.
La hidratación de la piel sensible
Las pieles deshidratadas tienen más tendencia a la irritación. Por eso deberás mimarte en este sentido con cremas ligeras y aceites hidratantes naturales.
Le recomendamos a nuestras clientas el uso del aceite de coco y al aceite de oliva como opciones superfectivas o principios activos a buscar en sus productos de cosmética natural.
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Sea cual sea tu elección, pruébala antes en el dorso de la mano y vigila su reacción.
Otros consejos básicos para el cuidado de las pieles irritables
- Perfumes y colonias: Intuimos que te gusta que tu piel desprenda una agradable fragancia, pero debes renunciar a las artificiales. Si la pasión por los perfumes es muy grande, es mejor que perfumes tu ropa en lugar de tu piel.
- Los mejores tejidos para tus ropas: Algodón 100 % natural en lugar de lanas y telas sintéticas. Si te vuelves loca por el color, vigila la calidad de los tintes y así evitarás amargas experiencias. Acostúmbrate a leer el etiquetado de tus piezas y su composición.
- Protector solar: A muchas personas el sol les irrita la piel, en ese caso aconsejamos el uso de protector solar en verano e invierno y evitar la exposición directa.
- Humidificadores: En tu habitación viene bien que duermas con un humidificador, así mantienes constante la humedad durante toda la noche. De este modo tu piel conservará su humedad natural.
- Lavado de cabeza: A veces los restos de champú y suavizantes castigan la piel sensible. Te recomendamos hacer el lavado de cabeza y la ducha por separados, de forma que el resto de tu cuerpo no entre en contacto con los productos de higiene para el cabello.
- Impurezas bajo control: El humo del tabaco, los sitios polvorientos, las aguas duras, el cloro, los olores intensos y otras sustancias químicas en el aire son tus enemigos.
Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si tienes alguna duda pregúntanos. ¡Es un placer ayudarte! :-)