La cosmética natural o ecológica no es una moda. Vino para quedarse por todos sus beneficios que hoy compartimos contigo en este post.

La cosmética natural usa ingredientes orgánicos o de cultivo biológico (más de un 90% de sus materias primas) y renuncia al uso de sustancias químicas agresivas (parabenos, siliconas…).

La cosmética ecológica es un plus en la cosmética natural, pues cumple con todo lo anterior y además utiliza materias primas naturales, de origen vegetal y ecológico, que no llevan ningún tipo de producto químico de síntesis u organismos genéticamente modificados.

Ventajas de los productos de cosmética natural

– Tienen el respaldo de una larga tradición pues son materias primas cuyas propiedades se aprovechan desde hace miles de años.

– Se usan para su creación materias primas tales como aceites vegetales, mantecas y ceras vegetales, aceites esenciales, extractos puros vegetales, algas…

– No tienen productos de origen animal, a excepción de algunos cosméticos que emplean la miel y las ceras de abejas o la leche de mamíferos.

– Las materias primas naturales reciben la menor cantidad posible de transformaciones por lo que mantienen íntegramente posible sus propiedades originales.

– No contienen parabenos, los cuales sustituyen a nuestras hormonas y mimetizan su función. Aunque la cosmética convencional lo utiliza en cantidades ínfimas, los parabenos se acumulan en nuestros órganos y nos perjudican.

– Aprovechan los excipientes naturales: aguas florales, aceites vegetales, ceras y aceites esenciales.

Ventajas de la cosmética natural para el medio ambiente

– Las empresas que producen cosmética natural generalmente son empresas verdes que respetan el ecosistema.

– Los productos de cosmética natural generan mínimos residuos químicos.

– Las marcas de cosmética natural intentan evitar el exceso de embalaje.

– En la medida de lo posible se utilizan envases 100% reciclados o reciclables.

– Los procesos de producción requieren menos consumo de agua.

Ventajas para el consumidor

– Los productos de cosmética natural son beneficiosos para la salud puesto que son más gentiles y respetuosos en su relación con quienes los utilizan.

– Los beneficios de la cosmética natural se prolongan más pues se integran en el organismo a través de la piel e incorporan al torrente sanguíneo.

– Los productos de cosmética natural cuidan de nuestro organismo eficazmente, pues estimulan sus capacidades innatas.

– La cosmética natural es ideal para las personas más sensibles y alérgicas pues no contienen sustancias que irriten la piel

– No contiene colorantes ni conservantes químicos de síntesis ni aceites sintéticos o minerales (cuyo origen es el petróleo).

– La cosmética natural es recomendable para bebés en los productos de uso diario (gel de ducha, champús, cremas)

Ventajas para la economía local

– Los fabricantes de estos productos suelen ser pequeños empresarios ubicados en entornos rurales que generan riqueza en zonas poco privilegiadas.

– Si son marcas grandes, los ingredientes que utilizan se cultivan en países en vías de desarrollo respetando sus ecosistemas, pues no pueden usarse pesticidas, herbicidas ni fertilizantes químicos y otras sustancias nocivas en las plantas.

Para reconocer los productos de cosmética natural

– Lee: revisa la lista de ingredientes y si ves que tiene METHYLPARABEN o E-218, ETHYLPARABEN o E-214, PROPYLPARABEN o E-216, BUTYLPARABEN o E-209 descártalo como producto de cosmética natural.

– Huele: no huelen fuerte y generalmente son aromas florales o cítricos.

– Revisa: busca un aval o certificación de los ya mencionados.

La verdad sobre los diferentes nombres comerciales

En establecimientos verás productos de cosmética con la etiqueta “biológicos”, “ecológicos”, “natural” u “orgánicos” y que incluyen matices verdes en su etiquetado. Sin embargo, estos mensajes no siempre responden a la realidad objetiva del cosmético natural y su proceso de producción.

Los productos ecológicos o naturales siempre han de estar certificados.

Cuando leas detenidamente su etiquetado, observa la composición, como hemos comentado ya en este artículo. Solo los ingredientes y las certificaciones te ofrecen información acerca de las características del cosmético, por lo que siempre pon en segundo plano las denominaciones comerciales y claims.

Pinceladas sobre los orígenes de la cosmética natural

Muchas de las ventajas de la cosmética natural que hemos comentado en este artículo tienen raíces históricas muy profundas que deben ser explicadas.

La historia de la cosmética natural nos ayuda a comprender por qué este fenómeno ahora nos llega con una ola de mayor intensidad, aunque sus inicios datan de miles de años atrás.

En el Antiguo Egipto, el año 4.000 a.C., muchas prácticas de higiene y cuidados personales que hoy son de dominio público, solo eran privilegio de ciertos grupos o castas. Los que disponían de tiempo y recursos para cuidar sus cuerpos pagaban a los kosmetes o expertos en mantener la belleza por sus tratamientos y pócimas con plantas.

En las tumbas de los faraones se introducían frascos con diversos ungüentos y elixires que le ayudarían a lucir su mejor apariencia en el Mundo de los Muertos. Y no solo cosmética llevaban en su viaje, también los utensilios que usaban en vida y hasta esclavos morían para servir a su líder en ultratumba.

Los pobladores del Antiguo Egipto conocían y aprovechaban los aceites vegetales para protegerse del sol e hidratar la piel, cerrar heridas y momificar sus cadáveres.

Se conoce gracias a los restos encontrados en ciertos frascos que hacían mezclas de polvo de alabastro, sal y miel para exfoliar las plantas de los pies o que se aplicaban cremas antiarrugas que incluían cera de abejas y aceite de moringa.

En América, allá por el siglo XII los cuerpos desnudos o vestidos apenas con lo básico pedían a gritos elementos decorativos y de camuflaje, y en ese sentido el maquillaje y la cosmética natural jugó un papel importante. Los indios del Perú y los aztecas de México desarrollaron todo un arte para colorear sus rostros y conseguir efectos visuales impresionantes en sus rituales y ceremonias mágicas. En sus maquillajes aprovechaban pigmentos de plantas y minerales.

Y bien, volviendo a Europa en concreto a la Antigua Grecia (1300 a.C – 150 a. C.) ya se usaban aceites de olores intensos que extraían principalmente de flores y cítricos para el cuidado de la piel.

Una época oscura en muchos sentidos para la cosmética fue la Edad Media por la amputación que produjeron las guerras, las grandes epidemias y el radicalismo en las creencias religiosas. Durante muchos años de la Edad Media, la belleza corporal alcanzable con el uso de sustancias externas no era bien vista.

Solo la nobleza y los poseedores de grandes fortunas comenzaron a usar cosméticos para dar a sus pieles un aspecto pálido, sonrosado y gentil al tacto; que además se enriqueció con los productos exóticos de otras regiones con las cruzadas del siglo XII y XIII.

Posteriormente, durante buena parte de la Era Victoriana se invirtieron los valores y la cosmética se asociaba a las castas bajas o las prostitutas, quienes aliviaban las huellas del rigor de sus vidas con potingues y artificios coloristas.

Durante el Renacimiento, Italia tuvo un rol muy importante en la historia de la cosmética natural. Los monjes dominicos de Santa Maria de Novella en Florencia crearon sus laboratorios en 1221. Ocultos experimentaban con materias primas naturales hasta que en 1662 abrieron a la luz pública sus conocimientos y comenzaron a producir y comerciar perfumes, jabones, cremas y eficaces medicinas. Ellos fueron los creadores del “Eau de Cologne” y la famosa crema de almendras que hasta nuestros días –con sus variaciones- vemos en casi todas las estanterías con cosmética.

Si damos un salto al siglo XX con todos los avances de la Era Industrial, el reto de muchos científicos y químicos consistió en obtener mediante ensayos en laboratorios sustancias con semejantes propiedades a los activos naturales.

Actualmente la industria cosmética nos ha vendado los ojos para ir en busca de la belleza externa, cuando la belleza ya nos fue dada a todos en el primer aliento, la belleza de lo singular y lo vivo.

En Soivre trabajamos y promovemos la salud a todos los niveles, de forma que cuidamos tu cuerpo y tu belleza yendo a los orígenes en lo natural.

Consciente de nuestro peso social como consumidores, promovemos el uso de productos respetuosos con el medio ambiente. Es por ello que la cosmética natural va ganando popularidad y se establece como la mejor salida para cuidar nuestros organismos y nuestro entorno.

Para mujeres que buscan salud y más belleza auténtica, la cosmética natural es un camino a explorar, y ahora ya conoces sus ventajas.

En el caso de que quieras conocer más consejos para mejorar el cuidado que realizas de la piel de tu cuerpo, puedes descargarte aquí nuestra guía gratuita sobre tratamiento y cuidado de la piel corporal.

Esperamos que te sea muy útil :-)