Cuidar el cutis es esencial para conseguir un rostro, joven y descansado. Por eso, una manera de mantenerlo a raya, es a través de los masajes faciales. Algunas personas acuden a un profesional para que les ayude a relajar los músculos del cutis y preparar la piel para que pueda absorber tratamientos de belleza con la máxima eficacia. Masajear el rostro, de forma frecuente, ayuda además, a disminuir los efectos del envejecimiento. No es necesario acudir a un especialista, puedes hacerlo tú misma desde casa. ¿Cómo? Es muy fácil, ¡Te lo contamos!
Antes de disponernos a hacer nuestro masaje facial tienes que limpiar tu rostro. Para que nuestra piel pueda recibir la estimulación adecuada, es necesario que esté libre de maquillaje, bacterias e impurezas. Una vez limpia, ya la tenemos preparada para el masaje.
Coge tu crema hidrante y unta tus dedos, con la cantidad de una nuez, aproximadamente. Así conseguiremos un mejor deslizamiento y, además, hidratar nuestro rostro. Comenzamos:
Contorno de ojos: es la zona más sensible de toda nuestra cara. Suelen salir bolsas y ojeras. Es importante relajar esta parte. Para ello, da pequeños golpes con las yemas de tus dedos índice y corazón alrededor de los ojos y sienes. Después presiona con tus índices, únicamente, el entrecejo y muévelos de arriba hacia abajo, dibujando un círculo.
Nariz: existe una zona de tensión entre los lagrimales y el puente de la nariz. Para aliviarla, pon tus dedos en el puente y haz una presión suave desde ahí continuando por los párpados inferiores. Esto ayuda a evitar las bolsas en los ojos.
Frente: Con las manos sobre la frente en posición vertical, mueve una mano hacia arriba, y la otra hacia abajo. La piel de nuestra frente se moverá suavemente en zigzag. Una vez terminado este movimiento, colocamos nuestros dedos de forma horizontal sobre las líneas de la frente y frotamos de un lado a otro.
Comisura de la boca: sobre la línea de la boca, ejerciendo presión, haz círculos pequeños, en contra del sentido del reloj.
Barbilla: pellizca ligeramente el contorno de esta zona. Después realiza un movimiento desde el centro del mentón hasta las orejas. Conseguirás mejorar la piel del cuello.
Son masajes muy sencillos, que, realizados de una manera continua, contribuyen a la mejora de la salud, la calidad y el rejuvenecimiento de la piel. Además, ayudan a una mejor absorción de tu crema hidratante y posteriores tratamientos. Prueba a estimular tu piel, tu rostro lo agradecerá.