VITAMINA C

La vitamina C se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Es fundamental para nuestra salud porque actúa en los huesos, en los dientes y ayuda a metabolizar el hierro.

La vitamina C es necesaria para formar el colágeno, una proteína cuya utilidad en el organismo para construirse, desde nueva piel para cerrar cicatrices hasta ligamentos y vasos sanguíneos.

Nuestro cuerpo no fabrica ni puede acumular la Vitamina C. Esto significa que necesitamos una aportación constante de vitamina C, bien a través de nuestra dieta, bien a través de suplementos alimenticios.

La Vitamina C es un potente antioxidante, es decir, un nutriente que bloquea el daño causado por los radicales libres responsables del envejecimiento.

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LA VITAMINA C EN DERMATOLOGÍA

La Vitamina C es uno de los principios activos más apreciados en dermatología. No sólo porque es uno de los más potentes antioxidantes, además estimula el metabolismo cutáneo y la formación de colágeno por lo que es un eficaz regenerador de la piel.

La aplicación directa de la Vitamina C, en forma de cremas o sérums, sobre la piel es la manera más rápida y eficaz para obtener los beneficios que nos aporta. Se ha comprobado que la administración oral de la vitamina C tiene bajos niveles en los beneficios que produce sobre la piel, en cambio la aplicación tópica consigue niveles de acción 30 veces superiores.

  • Mejora la hidratación de la piel reduciendo la pérdida de agua
  • Reduce las líneas de expresión y arrugas
  • Activa la síntesis de colágeno y es un reparador epidérmico
  • En pieles sensibles minimiza la irritación
  • Al aplicar la vitamina C se logra tener una piel lisa, limpia y brillante
  • Mejora la textura de la piel, confiere un tono más saludable y atenúa las manchas
  • Mejora la calidad de la piel
  • Potencia efectos de los tratamientos cutáneos porque predispone la piel a la absorción de otros nutrientes
  • Fortalece el sistema inmune de la piel. Un piel nutrida con Vitamina C está mejor preparada para hacer frente a los agentes patógenos

¿TU PIEL TE PIDE VITAMINA C?

Si la piel de tu rostro muestra síntomas como falta de vitalidad, poca elasticidad o poco brillo es una señal inequívoca de que necesita una Crema Vitamina C. Es ideal para el tratamiento de las pieles deshidratadas y contra el envejecimiento cutáneo. La Vitamina C actúa hidratando, nutriendo y regenerando la piel.

La aparición de manchas en la piel también se debe al paso del tiempo pero hay factores de cambios hormonales, por ejemplo durante el embarazo o la menopausia, que facilitan su presencia. Las cremas con Vitamina C aclaran las manchas ayudándote a conseguir un tono uniforme.

Si además, te gusta tomar el sol, sabrás que el fotoenvejecimiento es uno de los factores que más influyen con el paso del tiempo en el deterioro de la epidermis. Te recomendamos también el Sérum Vitamina C está formulado con vitamina C 8% pura, estable y encapsulada.

Las cápsulas de vitamina C se presentan con Glycoesferas, la única forma que garantiza que la vitamina C no se deteriore y penetre en la piel en sus óptimas y más altas concentraciones, ya que ésta se libera solo en el momento de su aplicación. Aporta el suplemento extra de Vitamina C que necesitan las pieles castigadas por el tabaco y la contaminación.

El tratamiento diario de Vitamina C aportará la hidratación, nutrición y regeneración necesaria para tu piel. La constancia en la aplicación es clave para que puedas obtener los beneficios de la Vitamina C porque como comentábamos al principio de este post, nuestro cuerpo no puede acumularla. Si te decides a probar el tratamiento crema más sérum Vitamina C en pocas semanas notarás que tu piel tiene un aspecto más fresco y luminoso.