Durante el verano el sol nos da un abrazo de calor que reporta grandes beneficios para nuestra salud. La piel adquiere un aspecto más vital, el sol estimula la inmunidad de nuestro organismo, mejora la calidad del sueño y repercute en nuestro estado de ánimo: nos hace sentir más alegres y activos.

Pero tenemos que tener presente que tomar el sol en exceso o de forma inapropiada puede ser peligroso. Los rayos ultravioletas pueden ocasionar cáncer de piel, manchas oscuras y cicatrices solares.

En nuestro post de hoy queremos ayudarte a que los baños de sol sean beneficiosos para tu piel, para tu organismo… aconsejándote cómo debes tomarlos.

Para un bronceado saludable y bonito

  • No pases largas horas bajo el sol cada día. Basta con 20-25 minutos unas tres o cuatro veces por semana. Lo que recomiendan los dermatólogos es ir aumentando el tiempo de exposición de forma progresiva (10, 15, 20 minutos).
  • Además, no tomes el sol solo tendida sobre la arena: debes combinarlo moviéndote bajo el sol haciendo ejercicios, caminando… Estos son consejos básicos para que el baño de sol sea realmente un baño de bienestar.
  • Con cada exposición al sol permitirás que tu piel cree un pigmento llamado melanina que es la encargada de absorber los rayos de luz al tiempo que le otorga a la piel un tono dorado. Mientras más oscura tu piel de forma natural, más melanina tienes y estás mejor protegido del sol.
  • Los mejores momentos para tomar el sol son antes de las ocho de la mañana y después de las cuatro de la tarde. Aún en estos horarios en que los rayos no caen con mucha fuerza debes protegerte tomando las medidas que recomendamos a continuación.

Escoge adecuadamente el fotoprotector para tu piel

El fotoprotector es un producto imprescindible durante el verano.

La industria cosmética ha evolucionado muchísimo en la eficacia y cobertura que ofrecen los filtros solares. La evolución del sector también se nota en el léxico casi incomprensible que ofrecen en el packaging sobre SPF, coberturas, pantallas…

Por eso te explicamos información valiosa que te ayudará a elegir mejor qué fotoprotector es el más apropiado para el cuidado de tu piel según su tipo.

Tipos de fotoprotector

Existen dos tipos de fotoprotectores: químicos u orgánicos y físicos o inorgánicos.

Los fotoprotectores químicos u orgánicos son los que absorben la luz solar mediante una reacción química. Estos deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición para dar tiempo a una correcta absorción.

Por otro lado, los fotoprotectores físicos o inorgánicos son sustancias inertes que aplicadas sobre la piel reflejan la luz solar como si de fueran un espejo, por eso se les llama pantalla. Dejan una fina capa blanquecina sobre la piel que en general no desaparece por el contacto con el agua. Los protectores pantalla raras veces producen reacciones alérgicas y son muy adecuado para la protección solar de los más pequeños.

Un filtro de pantalla total protege frente a los rayos UVA, UVB, UVC (ultravioleta de onda corta) e IR (radiación térmica), independientemente del factor de protección que tenga frente a cada una de estas radiaciones.

El lenguaje del factor de protección

Los filtros solares tienen diferentes niveles en sus factores de protección solar (FPS o SPF en inglés) y oscilan entre 2 y 100 FPS.

El FPS mide la capacidad protectora de un filtro frente a los efectos nocivos de la radiación solar e indica el tiempo que la piel puede estar expuesta al astro rey sin enrojecerse o quemarse.

Por ejemplo, un producto solar que ofrezca un factor de protección 15, significa que la piel puede estar expuesta a los rayos UVB 15 veces más tiempo. Si tu piel es muy blanca y se quema en 10 minutos,  cuando llevas el fotoprotector 15, el tiempo que tarda en quemarse en lugar de 10 minutos se trasforma en 150 minutos.

O sea que a más SPF, más tiempo puedes estar bajo el sol.  Este es apenas un dato orientativo que puede alterarse por el espesor de la capa que te pongas, si te lo aplicas con la piel mojada o seca, si tienes mucha transpiración, depende de la intensidad y características de la radiación y el tipo de piel.

¿Cuál es el mejor fotoprotector para ti?

Para las pieles secas son perfectas las cremas fotoprotectoras que además a nivel cosmético hidratan y nutren. De esta forma le das un tratamiento complementario a la piel que facilita la absorción de los activos del filtro solar.

En el caso de pieles grasas y seborreicas o con acné, lo ideal son los geles y las soluciones que no tienen un excipiente graso porque de lo contrario puede empeorar mucho las condiciones de la piel.

Las presentaciones de los fotoprotectores son diversas. Encontrarás en dermofarmacias y tiendas de cosméticos cremas, leches, lociones, geles, sprays, maquillajes con SPF y las utilísimas barras de labios para llevar contigo en el bolso a todas partes.

Por descuido, somos propensos a protegernos la piel de la espalda, el cuello y las extremidades, pero a veces olvidamos la sensibilidad de los labios. ¡Se resecan y agrietan tan fácilmente!

En Soivre Cosmetics tenemos soluciones para proteger la piel durante y después de la exposición al sol.

Y después del sol, cuida tu piel con productos calmantes e hidratantes

Y cuando llega la noche después de un día de playa debemos extremar los cuidados. Después del sol es recomendable una ducha de agua fría y sin jabones tensoactivos. También está prohibido hacer exfoliaciones o usar accesorios exfoliantes como guantes de crin o limpiadores intensos.

Recuerda que tu piel está más vulnerable que nunca después de tanto aire, cloro, sal, sol y el roce con el traje de baño…

Inmediatamente después de la ducha fría sé generosa y úntate una crema hidratante que incluya Vitamina C o un gel calmante con aloe vera. De esta forma restableces el equilibrio hídrico en la epidermis y reduces su irritación.

Por ejemplo, en Soivre tenemos los productos perfectos para mimar la piel tras la exposición al sol. Algunos incluyen aloe vera y otros el ácido hialurónico.

En el rostro, el cuello y las manos utiliza cremas o serums especiales con efecto antioxidante. Sí, otra vez la Vitamina C y la E ya que actúan combatiendo los radicales libres que causan el envejecimiento.

Y para finalizar el tratamiento de la piel después de la exposición solar no olvides la hidratación desde dentro: un zumo de frutas o verduras es perfecto para cerrar el telón tras un largo día de sol. Mezclar, por ejemplo, a partes iguales zumo de zanahorias y zumo de naranjas con una cucharadita de miel y un dadito de jengibre es una bebida ideal para esa hidratación interna.

A la mañana siguiente, date tu tiempo ante el espejo explorando los cambios en tu cuerpo. Si notas alguna mancha nueva o un lunar que crece o quemadura es mejor consultar un dermatólogo.

Una piel bronceada es un signo actual de belleza pero más importante que el color de la piel, es que esta permanezca saludable. A largo plazo, la desmedida exposición al sol produce envejecimiento prematuro,  así que a disfrutar los baños de sol, pero con mucha precaución.

Si tienes alguna consulta, no dudes en comentarla aquí. ¡Estaremos encantadas de ayudarte! :-)